sábado, 24 de mayo de 2008

LA VIDA

 

 

Es allí cuando el firmamento

Nos pide a gritos que lo ignoremos

Y en ese juego ambivalente

Nos muestra el camino

De lo que hay más allá del imaginario.

 

Dulce tela que se teje

Al andar de mis pasos,

Y me invita a ficcionar

Esta realidad

Que me he de inventar

 

Amores que creemos olvidar

Y olvidos que nos hacen amar,

Van de la mano

De aquel viejo rencoroso

Al que llamamos destino.

 

Pasiones fugaces,

Deseos cumplidos,

Ilusiones despiertas,

Exploración de sentidos.

 

Lagos que desbordan todo un iris de colores,

Que unas veces son violetas

Y otras veces ni se muestran, 
pues se esconde tras la sombra

De un recuerdo sin memoria.

 

Caminante de la noche.

Princesa del sol y la luna.

¿Cuántas veces has de sonreír

A las sorpresas de la viuda?

 

Porque tan importante es

Reprimir esta fiera condición,

Como alguna vez dijo Calderón

A través de Segismundo,

Como dejarla ser, amar,

Sentir y actuar.

 

Adherirnos a aquella naturaleza,

De la que parte somos ya.

Y no pasar por alto una rosa

Si lo que intenta es despertar,

Reír o descansar.

 

Es esto pues la vida,

Un poco de aquello y mucho más.

Pero depende sólo de mí

Si en el comenzar de esta mañana,

He de escuchar al firmamento

Y si al hacerlo, entenderé

Que él es otro camino,

Entre tantos que me faltan,

Antes que la viuda

No lo sea más.

 

 

SAZ