martes, 9 de septiembre de 2008

EL METODO, LA PELICULA

Caminando por una avenida de colores opacos y letras perdidas, me encontre con una princesa vestida de purpura que encanto mi corazón por el resto de mi vida... A ella gracias por devolverme a lo que amo. 

La siguiente pelicula: 4 4 4 4 


EL METODO

 El método nos muestra aquella jungla urbana de la que nosotros hacemos parte todos los días. No se hace necesario sumergirnos en una selva convencional para comprobar que los deseos, las envidias, los intereses, y los instintos mas profundos del ser humano están atados a él todo el tiempo y su imagen de lo que ha sido llamado elocuencia, prudencia y “buen comportamiento” cuelga de un sutil hilo que puede ser cortado con un machete o una pequeña pero poderosa uña.

 

Los extremos no hacen parte únicamente de condiciones nefastas, la supervivencia en este mundo es una lucha constante donde los rostros de nuestros  aliados y enemigos se confunden abriendo la puerta de la soledad, donde soy yo quien combate esta batalla que algunos filósofos han llamado vida.

 

Es por ello que encuentro a El método como una obra fascinante en cuanto al comportamiento humano se trata. Al escuchar en la cinta el “método G”  recordé una película llamada El Experimento, donde los limites del ser humano parecen no existir cuando de salvar su pellejo se trata; pero con El método logramos acercarnos a esta lucha de una manera mucho mas real, donde no se hace necesario estar encerrados en una cárcel con las condiciones mas  deplorables para mostrar a los demás y a nosotros mismos (pues muchas veces no logramos conocernos a fondo) quienes somos realmente. 7 ejecutivos con un único objetivo, ganar.  Se entremezclan en esta prestigiosa oficina toda clase de sentimientos, y en esa ultima escena, donde Nieves camina sola entre las ruinas del capitalismo y la sociedad postmoderna, se hace tangible la necesidad de tener los argumentos para desmentir a Hobbes cuando alguna vez dijo que “El hombre es el lobo del hombre”.

 

SAZ 

1 comentario:

azulquitapenas dijo...

¿Y usted por qué no me había hablado de esto? Te descubro de nuevo como en nuestro primer encuentro cuando de esas páginas lleenas de vos brotaron Mario y Susana como dos caminantes del amor.
La princesa púrpura