miércoles, 28 de abril de 2010














Somos aquello que perciben los demás de nosotros? Nuestro yo interior? O una combinación de ambos… o de varios?

Por SAZ


Foto: Sebastian Arias

Modelo: Paola Gomez


 

NECIO/NADA/DESEMBARQUE

María buscaba la taza de leche en el mismo lugar que su abuela la dejaba después de tomar su café. Un día, la taza no amaneció en este lugar… así María entendió que las personas, como los cuentos, tenían principio y final. 


 

 Sofía era una niña, una muchacha. Ya nunca mas lo fue. 




Foto: http://geneticboi.blogspot.com/
modelo: Lina Zuluaga



De pequeño, Ernesto escribiría en su libro lo que alguna vez volvería a escribir en él, antes de morir: por qué la vida es tan sencillamente trágica como un juego de ajedrez y, tan complicadamente bella como una flor de primavera?




"El amor es un sentimiento tan claro como el agua" me dijo un día un marinero.

Meses después volví a encontrármelo… su rostro ya no era de felicidad, por lo que esta vez me dijo: “amigo, el amor es tan turbio como la marea”… quise preguntarle por qué lo decía, pero una lagrima sincera, transparente, me impidió  hacerlo. El hombre había perdido su amor para siempre, un día, en el que ella decidió partir más temprano que él, para nunca regresar.

Bañado en lagrimas, el inconsolable hombre del mar, tartamudeó la frase por la cual escribo hoy esta historia: “lo que no podemos olvidar nunca, amigo, es que el amor es como la lluvia… cuando empieza a caer nos parece hermosa, jugamos con ella y le sonreímos… pero al ver que no escampa, el agua pierde su magia, y se convierte en ríos de lamentos, en llantos del cielo que no nos permiten ver la luz del sol”. 


SAZ

miércoles, 21 de abril de 2010

Bienvenido a este loco mundo Gaspar....

 

De pronto pasa el tiempo y voy sintiendo que los años se van devolviendo, que ya no hay un porvenir sino un recordar, que ya no hay un caminar si no un regresar, que yo no hay una esperanza sino un esperar…

 

De pronto siento que exagero, más el espejo me recuerda que eso es lo que quiero… creer. Cuando el momento llega, me han dicho que es como un timbre, tu te diriges, y abres la puerta. Algunos se demoran mas que otros en escucharlo. Algunos alargan el paso o llegan brincando. Otros simplemente se hacen los sordos, se cubren el rostro y esperan a ser jalados por la mucama, ella, que muy bien ha escuchado el timbre y, sin pena, te llama. Pero sobre todo, he escuchado que algunos, pocos, logran saber tiempo antes, cuando esto va a ocurrir, que así será, y emprenden un viaje al laberinto de esos recuerdos, en los que ya no regresan sino que caminan, en los que ya no esperan sino que se esperanzan, y los que ya no recuerdan pues nunca los han vivido… porque, De pronto pasa el tiempo y, voy sintiendo que los años me olvidan. 

 

 

Gaspar.