domingo, 15 de febrero de 2015

50 sombras de Grey…



Más allá de si la película logra satisfacer las expectativas de millones de lectoras (y lectores) a nivel mundial, esta es un claro recorrido por aquel cuarto de erotismo y deseo sexual que habita en cada ser humano.

Llevamos por dentro un poco (o mucho) de Grey y de Anastasia. De él ese deseo continuo de control y esa sed insaciable de placer; de ella esa curiosidad, esa atracción por lo desconocido y lo peligroso que se combina con el anhelo de  sentirse deseada y amada.


Es una invitación a dejar de lado la doble moral con que hemos sido criados y, sin necesidad de convertirnos en sadomasoquistas, transformarnos en verdaderos amos de nuestra sexualidad, de nuestros sentimientos y de aquellos deseos reprimidos o ignorados que dejamos a la sombra, por ser esclavos no de una persona, sino de una sociedad entera que nos indica qué pensar y cómo actuar. 

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